Bogotá, 27 de abril de 2018 (@MinAgricultura-@JuanGZuluaga). En su avance en la adopción de medidas y acciones que eviten la deforestación en el país, el Ministerio de Agricultura y Desarrollo trabaja en conjunto con la Agencia Nacional de Tierras (ANT) un documento que se socializará con los campesinos y la comunidad en general, con el propósito de dar claridad jurídica de que no es necesario tumbar bosques naturales para la adjudicación de tierras.

Con este trabajo, se busca cerrar la puerta a los deforestadores y acaparadores de tierras, dado que se excluye de esta las áreas  que tienen restricciones legales, como es el caso de las áreas de reserva forestal,  parques nacionales naturales, y demás ecosistemas estratégicos desde el punto de vista ambiental. Es importante anotar que como referencia para su delimitación, se toma el mapa de bosques del 2010 elaborado por el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales-IDEAM.

 "Hay algunos que están diciendo que mientras más tumben monte, más tumben montaña y más hagan potrero, más rápido les van a adjudicar, pero se equivocan, porque están cometiendo delitos ambientales. Hay que identificar dónde se puede y dónde no se puede hacer uso del suelo", sostuvo el  Ministro de Agricultura y Desarrollo Rural Juan Guillermo Zuluaga.

Al respecto del tema, en San José de Guaviare, se está presentando un desastre ambiental debido principalmente a que grupos armados ilegales están causando deforestación de los bosques e incendios forestales con el objeto de acaparar tierras del Estado, lo cual motivó que allí sesionara en días recientes la Comisión Intersectorial para el Control de la Deforestación – CICOD, de la cual hace parte el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural y en la que se realizó seguimiento a las acciones en desarrollo para controlar la deforestación.

De otra parte, en su trabajo para evitar la deforestación de los bosques naturales de la Amazonia Colombiana, el Ministerio con el apoyo del Centro Internacional para la Agricultura Trópica – CIAT y de las entidades que hacen parte del Programa Visión Amazonia, concertó diez acuerdos sectoriales de cero deforestación con las cadenas productivas de ganadería, carne y leche, cacao, caucho y no maderables para los departamentos de Caquetá  y Guaviare, siendo estos dos parte de la Amazonía, la región más afectada con la deforestación.

De esta manera, quienes se involucran en los acuerdos cero deforestación, se beneficiarán de los apoyos e incentivos diseñados con los recursos de la Cooperación Internacional de los gobiernos de Noruega, Reino Unido y Alemania, en el Marco de Visión Amazonia.

Lo dicen las cifras

Datos del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales-IDEAM, corroboran la situación. De las 178.597 hectáreas deforestadas de bosque natural a 2016, el 39% (70.074 hectáreas) ocurrió en la Amazonía.

Y es que en ese año el país registró 59,3 millones de hectáreas de bosque natural, de las cuales el 67% (39,7 millones de hectáreas) corresponde a la Amazonía colombiana. Por departamentos, la deforestación que afectó a la Amazonía se presentó así: 26.544 hectáreas se deforestaron en Caquetá, 22.925 en Meta, 11.456 en Guaviare, 11.117 en Putumayo, 3.565 en Vichada, 2.752 en Guainía, 1.949 en Vaupés y 1913 en Amazonas.

De otra parte, el Décimo Tercer Boletín de Alertas Tempranas de Deforestación (AT-D), que analiza las zonas en donde se presenta la deforestación en el país y las principales amenazas que vive el bosque natural, muestra que durante el cuarto trimestre de 2017 se detectaron ocho núcleos activos de deforestación, ubicándose estos en Caquetá, Putumayo, Chocó, Sur del Meta, Sur-Occidente de Antioquia, Guaviare-(Marginal de la selva) y Norte de Santander (Tibú). Según el boletín el 70% del total de las AT-D se localizan en los departamentos amazónicos Caquetá, Putumayo, Meta y Guaviare.

Entre las principales amenazas a los bosques se encuentra el crecimiento de las áreas de pastizales, la realización de actividades agrícolas y mineras, tanto lícitas como ilícitas, la presencia de cultivos de uso ilícitos, la tala ilegal y la presencia de infraestructura vial informal.

Lo anterior no solo muestra el panorama actual del bosque natural colombiano sino que conlleva a aunar mayores esfuerzos por parte de los distintos actores de la sociedad para recuperar el bosque natural colombiano, que ocupa 52% (a 2016) del territorio continental colombiano.